Mis pies despiertos

Mis pies al alzado el vuelo de nuevo, han salido de su lánguido letargo, mis puntas dormidas se han ajustado a mis dedos, han salido de paseo. Vuelvo a volar y danzar en el Universo.

Volver

Así danzaba la musa escondida
mientras las hojas la arropaban,
quiso el azar que una de ellas
que permanecia distraida
le susurrara una suave melodía...
El árbol se hizo mujer
danzando al son de la vida.

El último baile

Mis pies ya no danzan al compás de la música, y los versos han quedado postrados, rotos por la imposibilidad de ver la vida con otros ojos que no sean los de sentir la música y la poesía.

Esta vida que vivir me ha tocado me aleja de poder seguir aquí plasmando lo que mi melancolía me hacia sentir, con una suave y delicada reverencia agacho la cabeza y con la melena cubriéndome el rostro me alejo de todos vosotros, dándoos las gracias por depositar en este lugar vuestros cálidos ojos.

Silencio

En el silencio se escucha el latido del corazón, el leve vuelo del alma, se confiesan los pecados a media voz, como un susurro en las noches de silencio se escuchan los besos de los que hacen el amor... el silencio es el sueño reparador del insomne que vaga en la noche.

El pasado es necesario para el recuerdo, el presente es efímero, por que en el mismo instante de acontecer es ya pasado y el futuro es una ventana abierta a la cavilación.

Danzar para olvidar

Ni La Divina Comedia, ni el Infierno de Dante, ni los poemas de Baudelaire, ni Rimbau, ni Artaud, ni Lord Byrón, hacen ya mella en mi. Es tanta la tristeza que me embarga que ni la Literatura me sana el mal que me aqueja y el que me aconseja que siga con la danza, para olvidar.
"La danza es el único arte en el que nosotros mismos somos
el material del que el arte está hecho". (Ted Shawn. Time
25-7-1955)

Los 4 elementos

Ardo sin sentir el fuego que quema las plantas de mis pies al saltar la hoguera de las vanidades de la vida...me quedo a la expectativa viendo la vida correr como rauda corre el agua que fluye por el rio de la vida.
La tierra que pisan mis pies resbaladiza como arena de playa unas veces mojada y otras arida, por último el aire que insufla mis pulmones llenadolos de oxigeno que me dan la vida.

Victimas del desamor y la violencia

No quiero que la historia se repita que ninguna mujer lleve prendida en la frente una corona de espinas, cada golpe, cada empujón, cada palabra mal dicha, hacen que esas espinas se claven en profundidad, haciéndoles perder la autoestima y puede que incluso la vida.
Un grito puede asustar más que un empujón, una paliza causa dolor físico, pero el dolor psicológico no lo pueden calmar, ni los perdones posteriores, ni los ramos flores.

Así que amiga mía, coge tu mochila y un cepillo de dientes y alejate de su vida.
" La violencia nunca está lejana ni es exagerada "

Por una vida sin miedo, rompe el silencio.